NO TE RINDAS

Si tuviera que expresar qué deseo para el año que comienza a todas aquellas personas que tienen el interés de asomarse a esta sencilla ventana de pensamientos motivadores, valores y experiencias....les diría que cada día de este nuevo año no olvidaran estas palabras: NO TE RINDAS.

Quizá este deseo se deba a que sé de alguien que no encontró mejor camino que rendirse; por quienes me enseñaron a seguir aún sin fuerzas para hacerlo; y por todas aquellas personas a las que unas pocas palabras puedan devolver la ilusión, la alegría o la luz que ha quedado enterrada entre montañas y montañas de problemas, angustias y miedos. Pero allí, muy en el fondo del corazón, brilla siempre una pequeña de luz de esperanza a la que sólo podrán llegar quienes no se rinden. 

Quienes a pesar de lo que algunos digan para minar nuestro ánimo; juzguen como si su opinión fuera la única posible y la mejor porque siempre hay gente que se cree más inteligente o superior, o incluso intenten poner trabas aún con engaños y maniobras oscuras; si no te rindes, ellos o ellas, jamás podrán conseguir que dejes de ser la gran persona que eres. 

Porque la grandeza no la da ni el dinero, ni el poder, ni la arrogancia. Sino la humildad, el esfuerzo en el trabajo, la dedicación y cariño hacia quienes te quieren, la paciencia para esperar y dar nuevas oportunidades, la esperanza de que mañana sea mejor para alguien y hacer todo lo posible para que lo sea; la valentía para dar la cara por la justicia aún a riesgo de ser marginado. Y la gratitud para con quienes nos escuchan o comparten su vida con nosotros.

Por todo esto y mucho más.....sigue siendo una gran persona y NO TE RINDAS.


TIEMPO PARA CAMBIAR

¿A qué esperas?. Siempre encontramos mil excusas para no hacer esto, retrasar aquello, renunciar a lo otro...por eso, ¿no crees que ya ha llegado el momento de que comiences el camino que te llevará a cumplir tus sueños?. ¿Cuántas veces nos hemos quedado inmóviles ante situaciones en las que podríamos haber contribuido en algo para solucionarlas? Quizá sea más fácil mirar para otro lado...pero entonces no podremos extrañarnos si las cosas no cambian y no prevalece el bien, la justicia o la solidaridad entre las personas.

Un día aprendí, que debía confiar en que era posible que una persona cambiara, aunque muchas no lo hubieran conseguido o ni si quiera hubieran tenido verdadera voluntad de cambio.

Mi maestro fue Antonio, un gitano granadino, que poco antes de salir de la cárcel, me pidió ayuda. Había entrado en prisión tan joven que tenía miedo de enfrentarse de nuevo a la sociedad; y sobretodo temía que el mismo ambiente que lo había rodeado lo empujara de nuevo al mundo de la delincuencia y no fuera la última vez que pisara aquel módulo penitenciario. Solamente quería hablar, cambiar impresiones y apaciguar el nerviosismo de su corazón, ante las horas, eternas, de un lento avance del calendario hacia su tan soñada libertad.  

Solamente pudimos hablar un par de días a la semana, durante mes y medio. Pero pude ver en su mirada la ilusión por el cambio. Sus ganas de vivir y formar una familia. La fortaleza con la que contaba incluso episodios muy tristes de su infancia. Su respeto y su capacidad de escucha. Su deseo de tener un trabajo honrado (por lo que incluso me preguntó todo lo que debía cambiar de su aspecto para hacer una entrevista). Aunque reconozco que por entonces no di crédito a su alegato de que era inocente del delito por el que fue condenado casi ocho años. Pues frecuentemente al entrar en aquel lugar, tenía la impresión de estar entrando en el país de las mentiras.

En nuestro último encuentro fui duro; tenía que serlo, y le dije: no creo que vayas a cambiar y pronto nos veremos de nuevo por aquí. Se quedó en silencio y solamente me pidió cómo podría localizarme fuera de la cárcel.

Cuando pasó un año y ya había olvidado hasta su nombre, recibí una llamada. Era él. Me dijo que estaba saliendo con una chica y pensaba ya en casarse. Que trabajaba llevando productos de cosmética a varias peluquerías (como la de su suegra). Me comentó que había cambiado su aspecto y que no vivía en el mismo barrio que le había enseñado una vida de dinero fácil pero que también le había cobrado una factura demasiado cara, ocho años de su joven vida.

Jamás volvimos hablar. No sé si pude haber conocido a un inocente que pagó el precio de crecer donde creció y estar rodeado por quien no es aconsejable. Pero este caso real me enseñó que el cambio puede ser posible y que no hay que renunciar nunca a ello, por difícil que la vida nos lo ponga. 


TAL VEZ MAÑANA

Puede que estas tres palabras no signifiquen nada para ti. Pero es posible que signifiquen mucho para quienes esperan algo que tampoco les llegó hoy.

También estarán cargadas de sentido para quienes sueñan o para quienes luchan por conservar una última esperanza. Ese "tal vez mañana" quizá sea un ahogado suspiro de resignación para quienes hayan puesto su confianza en algo más grande que sus propias fuerzas, seguramente demasiado debilitadas por el paso y el peso del tiempo. Un leitmotiv para quienes no dejan de aferrarse al amor incondicional de las personas que aman y de aquellos verdaderos amigos que nunca dejan de dar ánimos. 

Hay viajes difíciles, caminos llenos de obstáculos o duras etapas en la vida, que no dan tregua o parece que no acabarán nunca. Pero todo tiene un final. Todo pasa o, al menos, llega el momento que aunque se viva lo mismo, se vive de forma diferente. 

Podemos tardar un día, diez años o toda una vida en darnos cuenta que lo importante no es hacer esto o lo otro. Sino darnos cuenta que hagamos lo que hagamos, no dejamos de ser nosotros/as mismos/as.  

Tal vez mañana, podamos tener la oportunidad de que alguien no nos juzgue sin conocernos. Tal vez mañana, encontremos un motivo para conservar la ilusión y las ganas de seguir adelante. Tal vez mañana, podamos mirar aquel ingrato tiempo de prueba, incluso, como un tiempo de renovación, porque habiéndonos obligado a conocer nuestras debilidades, también nos estaba haciendo más fuertes. Tal vez mañana, debamos enfrentar situaciones aún más difíciles a las de hoy...

Por todo eso, no debemos perder la esperanza, porque ese "tal vez mañana" con el que hoy y tantas veces te vayas a dormir...puede ser el comienzo de un sueño increíble que, aunque no te dieras cuenta, empezó ya a cumplirse desde el mismo día que decidiste no rendirte y seguir confiando, esperando, luchando...para recibir una respuesta, una oportunidad, un empujón. Y ya todo será diferente, aunque aparentemente, todo siguiera igual. 





QUIJOTERÍA

Entre varios significados que suelen darse a la palabra quijotería, está el del "comportamiento de una persona que obra desinteresada y comprometidamente en defensa de causas que considera justas".

Un sentido que vale la pena tener en cuenta como valor educativo. Como principio con el que apreciar la valentía, esfuerzo y nobleza de aquellas personas que creen que las cosas pueden ser de otra manera y no se cruzan de brazos.

Para aquellos y aquellas que cabalgan por los llanos de la vida intentando ayudar a los demás, movidos por un alto concepto de la justicia, del respeto caballeresco a quien piensa diferente y una extraordinaria sabiduría para distinguir la virtud.

La villanía, la injusticia y la indolencia de quienes se ríen de la inocencia, se jactan de su poder o desprecian a quienes consideran más pequeños; hacen necesario que en el mundo haya nuevos quijotes, aunque, como no podrá ser de otra forma, sean tomados por locos y locas.

Puede que haya "batallas" o causas imposibles... que dobleguen las fuerzas y lleguen a minar el espíritu . Pero siempre habrá Quijotes y Sanchos, valientes y sabios, que aún mirando la realidad con distintos ojos, sean tan nobles como para recoger el testigo y seguir haciendo frente a algunos gigantes....aunque se escondan sigilosamente entre excusas y engaños tan grandes como molinos...




SIEMPRE ADELANTE

Un principio educativo, una motivación, leitmotiv para la vida. Sobre todo ante dificultades, obstáculos, injusticias, inhumanidades…

Estas dos simples palabras “Siempre adelante” son PALABRAS PROFÉTICAS en boca del Papa Francisco durante su visita a EE.UU animando a todos a la entrega, al anuncio, a ser “una Iglesia en salida”, en incesante búsqueda del rostro sufriente del hermano.

Pero son también PALABRAS MARCAPASOS que intentan que no pierda fuerza el corazón, ni decaiga la lucha de los afectados por la Talidomida, quienes se han visto nuevamente desamparados por la justicia española.

PALABRAS BRÚJULA, para quienes recorren miles de kilómetros hacia Europa, entre multitud de peligros e inseguridades, intentando no perder la esperanza ante cada valla de la vergüenza y cada “no hay lugar en esta posada”; en busca de algo tan legítimo como poder vivir sin miedo mirando hacia  un horizonte soñado de paz.

PALABRAS PROYECTO, porque ante el ejemplo de superación de personas con diversidad funcional; la capacidad de supervivencia de los últimos de este mundo, la valentía y generosidad de quienes de quienes hacen de la solidaridad su plan de viaje; sólo es posible que nosotros vayamos “siempre adelante”. 

PALABRAS TESORO, pues para quien nada tiene, hacen que nada sea tan importante, tan necesario. Un "Siempre adelante" más valioso que el oro porque nada hay tan poderoso para la persona como la esperanza. Esperanza de que todo mejore, en el futuro...; pero sobre todo esa esperanza que a veces pasa desapercibida en nuestro día a día; y se esconde en el Gran Amor de cada sonrisa, gesto, caricia....o pequeño recuerdo en forma de emoticono, de que jamás estás sólo/a en cualquiera que sea tu camino o tu lucha.

  

DISCURSO SIN PALABRAS

Al igual que se pueden hacer reflexiones sobre valores educativos, también se podría decir mucho sobre contravalores, malas formas o actitudes reprobables.

El deliberado silencio sobre algunos temas, juicios de valor sobre hechos o personas que denotan una ausencia o deterioro de valores éticos universales; así como la falta de denuncia expositiva en este blog sobre situaciones injustas, de abuso de poder, violentas e insolidarias, que podemos conocer diariamente a través de las noticias o que puedan formar parte de nuestras experiencias cotidianas, no tiene como finalidad ignorar la realidad de lo que nos rodea, ni mirar para otro lado.

Con nuestras pequeñas reflexiones no se intenta maquillar la realidad de las sociedades, que se califican a sí mismas como desarrolladas; en las que, sin embargo, los derechos humanos y valores constructivos, motivadores, solidarios o esperanzadores, están brillando por su ausencia. Ni se quiere dulcificar la vida hasta transformarla en una fotografía  “retocada” y amable de otra, muy distinta, en la que millones de personas no tienen lo más necesario para subsistir.

Aunque con esta entrada, ha de reconocerse de forma expresa, que la indignación, decepción o repulsa que pudieran ocasionar ciertos comportamientos, actitudes y hechos, más si cabe si son protagonizados por personas que dicen guiarse por valores cívicos o religiosos, supone un esfuerzo cada vez mayor para profundizar justamente en el valor positivo opuesto. Quizá esperando que el mal pueda ser vencido a fuerza de bien; y por eso, nunca esté de más que, al menos, no paguemos con la misma moneda...


La finalidad educativo-pedagógica del blog, empuja más bien a que por medio de las palabras sembremos valores de paz y esperanza, motivación, de entendimiento, respeto, acuerdo y estima. De empatía y asertividad. Confianza y bondad. Honestidad y justicia.

Y por ese motivo, sobre contravalores observados que se podrían señalar y difundir por la red, optamos, de momento, por un discurso sin palabras.


THE BUCKET LIST

Al hilo del argumento de la película escrita por Justin Zackham y protagonizada por Jack Nicholson y Morgan Freeman en 2008, sería interesante que nos preguntáramos qué escribiríamos en nuestra lista de cosas que nos quedan por hacer en la vida.

Según la sinopsis de esta obra a caballo entre la comedia y el drama, a pesar de sus diferencias, sus protagonistas descubren que tienen dos cosas muy importantes en común: una necesidad no satisfecha de aceptarse a sí mismos y las elecciones que han hecho, y un deseo urgente (ante el anuncio de una muerte inevitable e inminente) de pasar el tiempo que han perdido haciendo todo lo que siempre quisieron hacer.

Nuestros deseos, sueños, proyectos, cumplidos o no, realizables o sólo tomados como horizontes utópicos hacia los que dirigirse; dicen mucho de nosotros mismos. Nos pueden ayudar a conocernos, a mirar hacia nuestro interior, a clarificar ideas, sentimientos…etc.

Volviendo a la propuesta de esta entrada de realizar nuestra propia lista de “tareas vitales” que están pendientes…habría que decir que no es necesario que sea inmóvil, pudiendo rehacerse, pues nuestros deseos cambian porque nos transformamos con el paso del tiempo y con el avatar de las experiencias vividas.

Unos últimos apuntes para ayudarte a confeccionar tu lista:

-  Tener alguna cosa puede ser importante e incluso necesario, pero entre ser o tener, es mejor que pienses qué o cómo deberías cambiar para llegar a ser como quieres ser y por lo que quisieras que te reconocieran.
- Déjate guiar por los valores sublimes….la Fe, el Amor, la nobleza, humildad, la honradez, la gratitud, la solidaridad….etc.
- Lo mejor de hacer algo, no suele ser sólo hacerlo sino compartirlo con alguien especial.
- Da lo mejor de ti a los demás, con generosidad y sin condiciones. La vida te lo devolverá con creces en monedas de cariño, amistad, estima, respeto…etc.
- No valores el éxito de lo escrito sólo por haberlo conseguido (por el resultado), porque el éxito también está en el esfuerzo realizado en el camino.
- Que no te angustie el final, ni siquiera si ya eres consciente de que no se realizarán algunos de los deseos de la lista. Llegado ese momento, mira a los ojos de alguien a quien hayas amado con toda tu alma y todo tu corazón y sus ojos te recordarán que siempre fuiste afortunado/a; pues el regalo de ese amor siempre será más importante que todo lo que en tu lista se quede por hacer. 


PUNTOS DE ENCUENTRO

Quizá alguna vez hayas visto alguna una señal de punto de encuentro para personas. Éstas, indican un lugar de reunión seguro y de evacuación ante posibles catástrofes. Aunque, en casos menos extremos, suelen ser útiles para indicarle a los más pequeños que si se pierden, deben buscar y esperar en ese sitio. Y también, como un lugar de referencia para quedar con alguien.

Desde un punto de vista educativo, estos puntos de encuentro nos sugieren ideas aceptadas por todos o por una mayoría, consenso, acuerdo en lo fundamental y como un punto de partida desde donde poder entablar un diálogo que pretenda alcanzar nuevos pactos.

No todo está en dar la cara, reunirse y poner sobre la mesa algunas ideas evidentes en las que podrían estar todos de acuerdo. Pues es necesaria una verdadera búsqueda de la comunión, para la cual, se hace imprescindible la empatía (intentar ponerse en lugar del otro, en lo que siente y experimenta vitalmente, en comprender y respetar sus razones; y desde ahí ofrecerle una respuesta). Así como un profundo sentido de búsqueda, de la verdad, del bien común, de lo que une y de lo que nos completa junto al otro. 

Y desde esta disposición positiva, los puntos de encuentro, podrían también ser símbolo de dejar a un lado posiciones cerradas en un sólo punto de vista, de fomentar el conocimiento de la realidad opuesta, del diálogo respetuoso, de la toma de conciencia y la disposición responsable de renunciar o rebajar parte de nuestras pretensiones para consolidar acuerdos tomados y propiciar otros nuevos. 

Aunque quizá al final, no siempre sea posible el entendimiento, por mucho empeño que se ponga. Y debamos aceptar nuestra incapacidad o debilidad a la hora de buscar y de encontrar estos espacios de encuentro.

UN COLE DIFERENTE

Colegios hay muchos, tantos como barcos surcan los mares. Algunos tienen más o menos alumnos y alumnas; más o menos profesores y profesoras. Más o menos recursos o actividades. Pero todas esas cosas quizá no sean tan importantes como a veces pensamos. En estos días, a punto de iniciar un nuevo curso escolar, sería necesario preguntarse ¿es nuestro cole, un cole diferente?.

Da igual si se trata de un centro público o concertado. En ambos parece fundamental dotar de una identidad educativa especial al centro. Que no viene definida por el hecho de enseñar matemáticas, lengua, religión o plástica. Por tener un equipo directivo muy formado o hiper-exigente, un claustro super-majo ni una página web megaguay o un twitter "escaparate" donde se va "vendiendo" cada cartulina que realizan los/as alumnos/as, aunque no se dedique tanto tiempo a otras tareas como programar, corregir, atender a las familias o cuestionar el ejemplo que damos fuera y dentro del centro. 

Tampoco la identidad del centro puede estar totalmente definida por practicar cierta espeleología educativa o la costumbre innovista de subirse al carro de la moda....de planes de calidad, de inteligencias múltiples, proyectos bilingües, intercambios, pizarras laser....etc, que resultan ser arriesgados y hasta frustrantes al no calibrar con prudencia las propias fuerzas para llevarlos a buen puerto, la demanda real y sobretodo no convertirlos en una especie de eslogan publicitario para subir la matrícula, pues como toda publicidad, puede no ser oro todo lo que reluce.  

Aunque, todo lo anterior fuera realmente importante y hasta necesario para educar más y mejor a nuestros alumnos y alumnas, lo que de verdad construye la identidad genuina, especial y carismática de un cole diferente no son las cosas, sino las personas y cómo éstas realizan su responsabilidad. Pues de qué sirve enseñar una materia si no se educa en el respeto. O para qué se apuesta por un proyecto educativo si lo único que genera es enfrentamiento o desilusión entre quienes lo llevan a cabo. ¿No resulta inapropiado un colegio con valores religiosos que tenga un trato abusivo con sus trabajadores, que sólo busque alumnos y alumnas de élite, que no refleje Evangelio en su acogida o en una atención de caridad (verdadero sello de calidad evangélica) con sus alumnos/as necesitados/as incluso con predilección en volcarse con los/as más "problemáticos y problemáticas"?.

Invertir en valores; pararse a diseñar qué mensajes de futuro queremos transmitir; revisar lo que se hace a los ojos del Carisma, de los Derechos Humanos, del Evangelio o de cualquiera que sea el faro que guía la razón de ser de nuestro barco-cole, no sólo será garantía de un cole que no defrauda en lo fundamental; sino que, más pronto que tarde, generará ideas positivas, esperanza, solidaridad, espíritu de trabajo en equipo, sentido de compromiso y trascendencia. Por todo ello, llega la hora de motivar, dar ejemplo, transmitir ilusión, celebrar, crecer en confianza y dejar ya de ser una empresa más de la educación, para ser un cole diferente que acompañe y eduque a personas diferentes. Ánimo, feliz curso y a remar mar adentro...

CONTRADICCIONES

Algunos ejemplos de "contradicciones: no practicar lo que se predica; decir algo y hacer justamente lo contrario; criticar a otros algo que en el fondo sabemos que no es cierto; engrandecer los errores de otros para destacar con nuestros pequeños aciertos; no tener principios o palabra; ir a contracorriente para molestar o dañar a alguien; mentir con el ánimo de que otras personas sean mal vistas; aquellas que simplemente se comportan o expresan de forma contraria a lo esperado o éticamente correcto, según quien lo exponga. 


Hay contradicciones evidentes y otras, que son sólo aparentes. Lejos de intentar "juzgar" o "quitar hierro" a cada situación, debemos reconocer que las contradicciones son parte de la vida. Negar esto sería tan absurdo y contradictorio, como afirmar que, por ello, debemos creer que la "contradicción" debe ser uno de los principios educativos que han de guiar nuestro comportamiento.

San Pablo afirmó que Jesús era "signo de contradicción", pero no por ello estaba proponiendo que para ser cristiano fuera necesario aceptar la anarquía. Sino que, ciertamente, Jesús con su modo de pensar y de actuar, fue un ejemplo de cómo vivir de forma diferente sin dejar de ser coherente, fiel, íntegro, honesto y humilde, por mucho que algunos se empeñaran en verlo de forma totalmente "contraria" o "contradictoria" a lo social, política y religiosamente aceptado a su alrededor. Quienes en el fondo estaban siendo contradictorios, fueron sus "jueces".

Lo verdaderamente educativo y costoso no es "denunciar" y "señalar con el dedo" las contradicciones que creamos ver, acertada o desacertadamente, en los demás; sino más bien educar nuestra razón y nuestro corazón para dilucidar si esa contradicción, aún por nefasta que sea, puede hacernos crecer en la misma coherencia, fidelidad, honestidad y humildad que echamos de menos. Más aún, cuando somos nosotros los "señalados" como incoherentes, infieles, mentirosos y prepotentes, tendremos la gran oportunidad de aprender a perdonar, sanar y olvidar. Pues normalmente a Quién o quienes nos aman y nos importan de verdad, nada hay que justificar o demostrar. 

También, aunque sea difícil, puede aprender algo bueno quien se contradice, pues más allá de exponerse a la opinión de los demás, se expone sobretodo a su propia conciencia; teniendo la oportunidad de valorar, al menos, el gran tesoro de su libertad; una conciencia libre que le invita constantemente al buen camino. También, la paz y tranquilidad espiritual, que en el fondo sabe, que sólo experimentan quienes no se contradicen, pues más allá de lo que parezca, se critique, se aparente o pensemos; el Amor nunca se contradice. 

Aún más, como dijo también San Pablo: "El Amor es paciente, afable, no tiene envidia, no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites y todo lo soporta". Quizá la mayor contradicción sea entonces "predicar", "hablar" o "juzgar" sobre el don del Amor, sin haber vivido y experimentado con una entrega intensa y generosa cada una de estas palabras. 

Por lo tanto, quien ama no se contradice, aunque haya quien se empeñe en que así lo parezca. 

LO NUESTRO, IMPORTANTE

¿Que es lo más importante para cada uno/a de nosotros/as? Un quién, un qué, un depende de, un ojalá, aquello que pasó, una meta, un quizá...etc. Sea quien sea o lo que sea, debemos aprender a valorar lo que tenemos más que lo que no tenemos. Ello no quiere decir que no sean importantes y necesarios los sueños o propósitos de futuro. Sólo que, a veces, nos centramos tanto en lo que deseamos tener que no reparamos en valorar lo que ya es nuestro. Como suele decirse, que los árboles no nos impidan ver el bosque.

Ciertamente hay situaciones que generan un vacío, un dolor o una necesidad, tales como el aislamiento, la ausencia de amor compartido en pareja, falta de afecto familiar, una débil autoestima, una espiritualidad inmadura, una salud delicada, una pérdida irreparable, decepciones en cuanto al trabajo, los/as amigos/as...etc. Y éstas, sólo nos llevan a aspirar hacia lo que no tenemos perdiendo hasta lo que se nos había regalado, a beber de aguas oscuras que jamás saciarán nuestra sed y a soñar con una felicidad que no es más que una vana ilusión.

Pues el amor, la felicidad, la paz interior se conjugan en presente y en plural. Creemos, amamos, acompañamos, reímos, sentimos, soñamos, vivimos, experimentamos, educamos, ayudamos, escuchamos, abrazamos, trabajamos, cambiamos, perdonamos y pedimos perdón. 

Aquello verdaderamente importante, que forma parte de nuestro día a día, pero que precisamente por eso, no solemos valorarlo como se merece; se transforma en algo más grande y fundamental que aquellos vacíos. Lo que nos sostiene, da fuerza, confianza y nos empuja a no rendirnos...es ya un hermoso tesoro que debemos apreciar y acrecentar. Sin por ello tener que renunciar, a que algún día alcancemos lo que, hoy por hoy, nos parece imposible. 

HABLAR O CALLAR

Cuándo hablar o cuándo callar. Qué decir y cómo decirlo. Qué silenciar y porqué hacerlo. Qué debemos comunicar aunque no sea políticamente correcto o qué hubiéramos preferido no haber tenido que hacer público, por evitar ser señalado, pero no parece que haya otro camino que denunciar en voz alta para cambiar las cosas. 

Éstos son aprendizajes muy difíciles e importantes; tanto, que nunca tendremos la sensación de haberlos aprendido totalmente o de llevarlos a cabo cómo hubiéramos deseado. 

Siempre habrá quien, para hacer daño o justificar su actitud, utilice hasta nuestras propias palabras, intente sacarlas de contexto, omita parte del discurso o directamente lo tergiverse en su beneficio. De ahí que haya tanta "prudencia" y "se midan las palabras" a la hora decir las cosas como son, o al menos, con la suficiente libertad a como las concebimos; que no quiere decir que no podamos estar algo equivocados, pero al menos tendríamos que tener el derecho y la sensación de poder hablar con suficiente libertad. Pero, no toda libertad de expresión es buena por el hecho de serlo, pues, puede haber supuestas libertades que atenten contra los demás. Y no todas las palabras se pronuncian con igual respeto y tolerancia, pudiendo herir más que los golpes.

Pero no da mejor fruto el que germina de todo lo que nos condiciona a mantener la boca cerrada y a no poder expresarnos como somos. De ahí, los silencios cómplices, los que no se mojan nunca, quienes quieren agradar y quedar bien con todos, quienes adornan las mentiras con medias verdades y quienes se comportan como cobardes incluso ante injusticias.

Hay quienes optan por el camino de un silencio discreto y prudente, hasta que la injusticia es tan nítida, que ello les hace "hablar aún sin palabras" con una claridad y valentía tales, que sorprenderán a quienes se aprovecharon de aquella pacífica actitud y se confiaron en que su poder sería tan grande que daría inmunidad a sus negligentes o malas acciones. Algunos parecen no querer darse cuenta que el propio ejemplo es la palabra más poderosa y el silencio más elocuente.



Posiblemente, hablar o callar ciertas cosas, sea uno de nuestros retos más cotidianos, de ahí que no esté de más hacer alguna reflexión educativa sobre ello. Por lo cual, cabe que nos tomemos el tiempo necesario para responder con sinceridad a alguna de estas cuestiones, sobre todo con las que más nos identifiquemos:

¿Qué guardas en tu corazón, que jamás pronunciaran tus labios? ¿Cuál es la razón o cuáles son las razones de tu silencio?. ¿Pueden tus palabras o silencios repercutir en quienes amas?.
¿Crees que por hablar o callar, tendrás más problemas? ¿Qué hará que te sientas mejor y más coherente contigo mismo/a?.
Por difícil que pueda parecer, sólo hay un camino para acabar con la iniquidad, el mal y la injusticia, denunciarlas. ¿Habrá algún camino para no ser cómplice con el silencio ni temerario con las palabras?. 

SER QUIENES SOMOS

Por mucho que se intente, no será nada fácil entender porqué hay gente que se cree por encima del resto de la gente. No más inteligentes o capaces para realizar algo por habilidad; sino simplemente “superiores”, como por encima del bien y del mal. Embriagados por su petulante arrogancia, seguros desde sus palacios de poder, creyéndose semidioses por su dinero o por su posición jerárquica. Resulta increíble cómo olvidan o pretenden ignorar que todos somos iguales en dignidad. Y te marcan quién debes ser o cómo debes comportarte.

Por ingenuo que suene, cuesta aceptar que haya personas que no sean buenas por naturaleza. Aunque pueda sonar a algo demasiado inocente, algunas personas preferimos levantarnos cada mañana con el propósito de encontrar algún atisbo de humanidad, corazón y buenos sentimientos en todas y cada una de las personas con las que nos relacionamos hasta la noche. Y rezamos porque esa pequeña semilla de bondad esté ahí aunque nosotros no la hayamos podido ver. Pero sabemos que no es fácil mantener esta esperanza observando a quienes infligen dolor y sufrimiento en otros seres humanos con extrema frialdad, violencia y crueldad. Como tampoco nos ayudan quienes permanecen impasibles e indolentes ante el grito de ayuda de sus semejantes. Pero, por desgracia, la vida nos enseña con dureza que no siempre ganarán los buenos ni prosperarán los que dicen la verdad, son justos o buscan el bien de sus semejantes.  

Por mucho que estemos tentados a hacerlo, no podemos abandonar nuestros valores o renegar de nuestras creencias, ni siquiera aunque no seamos el mejor ejemplo de ellos o ellas con nuestras propias acciones. Valorando positivamente nuestra perseverancia por ser un poco mejores cada día, cuando sería más fácil dejarlas a un lado para ser más aceptados por la mayoría. Hoy es casi un auténtico acto de valentía reconocerse creyente cuando lo que se percibe ante ello es hostilidad y rechazo no ya de quienes se posicionan en contra de todos los valores cívicos, sino paradójicamente de quienes dicen estar también en consonancia con ellos; con la democracia, la libertad de expresión y la educación en los valores de la solidaridad y la tolerancia. Y sin embargo, se empeñan en imponer que las religiones sean algo privado, como si no formaran parte de nuestras culturas y porque así les gusta verlas a quienes no las practican, salvo cuando les interesa. Obviando que todas las religiones tienen también una importante dimensión humana de convivencia, solidaridad, diálogo y de transmisión de sus valores, ofreciendo la posibilidad de conocer su historia y principios, sin imposición de hacerlo; ni que por el simple hecho de aprender sobre lo que las religiones pueden aportar, se correrá el "peligro" de ser "adoctrinado" más de lo que supondría pertenecer a un club deportivo, partido político o grupo de fans.

Quizá debamos aceptar que sea difícil embarcarse en algunas dinámicas de nuestro mundo; pero lo cierto es, que lo hagamos o no, no dejemos de ser quienes somos.



EMPUJÓN

Aprender a levantarse. No tirar la toalla. Seguir adelante. Sacar fuerzas de flaqueza. Caminar. No renunciar a lo que uno cree, siente o piensa. Darse. Entregarlo todo. 

A veces, con pocas palabras, podemos darnos cuenta de lo importantes que son algunos mensajes para quienes necesitan un empujón de ánimo, de confianza, de fuerza. Aunque no podamos solucionar sus problemas, ni darles lo que esperan, siempre podemos mostrarles nuestra comprensión y cercanía.

Quizá ni siquiera haga falta que digas nada. El amor no siempre necesita de palabras. Basta una mirada, un gesto, una caricia, o incluso nada, siempre que tengamos la certeza de que nuestro "estar ahí" de forma discreta y desapercibida, es la mejor forma que podemos ofrecer de mostrar nuestro apoyo o la forma en la que mejor llegará a quien amamos. 

Usar la empatía, como capacidad para ponernos en lugar de alguien, y desde ahí, poder conocerle, comprenderle, aceptarle, aconsejarle, animarle...es fundamental para no proyectar en los demás nuestros propios deseos, pues lo que nos gusta y satisface a nosotros, no suele ser lo que esperan los demás.

Pocas cosas pueden considerarse tan valiosas como las palabras o gestos de amistad y cariño que recibimos en momentos difíciles, duros, de agotamiento o decepción. Aunque en apariencia no sean distintos a los que debiéramos dar o recibir de forma cotidiana; pueden ser considerados como algo especial si las circunstancias que las motivan son extraordinarias; lo que hará que estas palabras o gestos formen parte de nuestra memoria afectiva, aquella que guarda nuestro corazón.

Si quieres que tu mensaje positivo sea efectivo, recuerda que sería bueno que tuviera estas tres partes:
- EMPATÍA. Una primera en la que te pones en la piel de la otra persona y le haces saber que eres conocedor de lo que está viviendo, lo que siente y sabes su desánimo o sufrimiento: "Aunque te sientas perdido y sin fuerzas".
- MENSAJE POSITIVO. Una segunda en la que añades un mensaje motivador: "recuerda que cada día puede ser el comienzo de algo maravilloso" "no hay nada imposible" "la vida son etapas" "siempre sale el sol"....etc. 
- NUESTRO EMPUJÓN. La tercera parte en la que le mostramos nuestro apoyo, confianza, cariño.....como empujón de ayuda: "no te rindas" "tú puedes hacerlo" "estaré a tu lado" "cuenta conmigo".


INTERIOR

Cierra los ojos por un momento. ¿Qué ves en tu interior? 
Tómate tu tiempo...nuestro interior es un espacio amplio, profundo y lleno de rincones maravillosos cargados de recuerdos, ilusiones y sueños, sentimientos, creencias y perspectivas de futuro.

Es mucho más lo que somos que lo que suelen ver de nosotros los demás, incluso quienes mejor nos conocen y aman. Mira esta imagen de un iceberg y lo comprenderás algo mejor.


Es llamativo que con una parte tan grande sumergida, asome algo fuera del agua. Por lo que no siempre la parte que puede verse puede definirnos con exactitud. En este mundo interior están las respuestas a cómo somos, el porqué de muchas cosas que o bien nos suelen parecernos inexplicables o son tan naturales en nosotros que pasan totalmente desapercibidas. 

Cierra los ojos un momento. ¿Qué sientes? Lo primero que llegue a tu mente y a tu corazón será el primer camino por el cual adentrarte, y ojalá el amor, la compasión, el perdón para contigo mismo/a, la fe y la esperanza te acompañen en ese viaje apasionante de aprender de lo que te diga tu interior, allí donde resuena el eco de la voz de Dios. 



ENCRUCIJADA

Cuando menos te lo esperas te encuentras inmóvil ante una encrucijada. Desorientado/a, indeciso/a,  temeroso/a de no poder continuar el rumbo deseado. Cualquier decisión, por pequeña que aparentemente sea, puede suponer una enorme encrucijada para quien tiene que tomarla. Más aún cuando la decisión no sólo te afecta a ti sino a quienes están a tu alrededor, a quienes amas. Si ésto es lo que estás experimentando...piensa que de estos momentos también se pueden aprender valiosas lecciones de vida.


Una encrucijada nos enfrenta a una pregunta inicial ¿dónde quiero llegar? ¿hacia dónde debería ir mi vida?, lo cual, nos da la oportunidad de definir nuestras prioridades, metas, aspiraciones o necesidades. Las propias y las de quienes "esperan" algo de nosotros.

Nos hace conscientes de nuestras propias limitaciones, dándonos la oportunidad de seguir mejorando, de esperar un poco más hasta estar mejor preparado/a para comenzar ese camino nuevo, de tener el impulso o la fuerza necesaria para recorrer una etapa de la vida que sabemos que será costosa e ingrata.

Encrucijada no tiene que ser sinónimo de bloqueo sino de espacio ante el cual se debe tomar un rumbo u otro. Y esta acción de elegir un camino y descartar otros, también nos puede ayudar a centrarnos, a orientar nuestro corazón, a poner todas nuestras capacidades en pro de una sola tarea, un proyecto, una finalidad. Dice el refrán que quien mucho abarca, poco aprieta. Por lo que a veces es necesario centrarse en una cosa y después seguir con la siguiente. 

La experiencia nos enseña que hay caminos que una vez tomados, ya no hay vuelta atrás. Pero igualmente también nos dice que hay otros muchos caminos que son más fáciles de recorrer de lo que al principio imaginábamos y que no faltan oportunidades de reorientar nuestro rumbo si fuera necesario. 

Finalmente, toda encrucijada vital puede ser en sí misma una oportunidad de vencer nuestras inseguridades, miedos o comodidades. Es un momento de prueba pero también de gracia, de esperanza, de encuentro consigo mismo y con Quién o Qué guíe tus pasos.


ABRAZOS

Pocas veces caemos en la cuenta del poder educativo, curativo y espiritual de los abrazos. Tan importantes para nuestras vidas que aparecen tanto en momentos de felicidad como de dolor. Y tan necesarios que sólo nos hace falta recordar solamente uno de los abrazos recibidos para hacer presente a la persona que nos lo dio y la intención que le movió a hacerlo.

Hay abrazos de cariño, amor, amistad, alegría, consuelo, hermandad, pésame, de bienvenida o de adiós. Todo abrazo tiene su significado y su razón de ser. Nunca dos abrazos serán iguales por mucho que se parezcan. Y todos serán vividos con una intensidad especial. 

Cuando no encuentres las palabras apropiadas para decir cómo te encuentras, para pedir comprensión, dar o recibir perdón, para ofrecer consuelo en momentos de tristeza, para dejarte querer u ofrecer tu amor más íntimo y personal...será el momento de que un abrazo hable por ti, se ponga en lugar del otro, respire acogida, comparta la dicha o el desencanto y transmita más allá de cuanto pudieras expresar con tus labios. Porque un abrazo es el mejor medio para conectar almas, sentimientos, voluntades o anhelos.

No hay soledad, injusticia o herida que no pueda ser vencida por el cálido abrazo de quien nos ama. Y nada nos dará más energía y positividad para no tirar la toalla, levantarnos y seguir adelante, que rememorar aquel abrazo que quedó grabado en la memoria de nuestro corazón.

Recibir un abrazo no es sólo un buen motivo de gratitud,  al mismo tiempo será una poderosa razón para realizar un noble propósito: porque es tanto y tan valioso lo que recibimos en cada abrazo, que ojalá podamos mostrar nuestra gratitud regalando el nuestro a quien lo necesite, aunque nunca nos lo pida.


DESGASTES

Hay momentos y situaciones de la vida que nos producen un desgaste emocional, físico o espiritual. Normalmente causados por decepciones o circunstancias que ponen a prueba nuestra fortaleza mental, nuestra capacidad de superación o de resistencia.

¿Qué hacer en estos momentos? es una de las preguntas que nos hacemos a nosotros mismos más difíciles de responder. Pensemos como ejemplo qué haría cualquier persona que está cansada de caminar. Lo más lógico es que lo primero que haría sería hacer un alto en su camino.

Pero a veces no es fácil desconectar o poner distancia (incluso física) con el foco de nuestro desgaste. Pero no porque sea costoso deja de ser necesario e incluso conveniente. Pues este paréntesis nos puede ayudar a ver nuestros errores, calmar tensiones, aclarar nuestras ideas, renovar esperanzas y trazar expectativas o proyectos, para afrontar las mismas dificultades o para prepararnos o anticiparnos a nuevos retos.

Otra cosa que haría nuestro caminante sería preguntarse si tiene fuerza para continuar su viaje. Y esto sería precisamente una de las cosas que nos deberían enseñar estos "desgastes": A conocernos más y mejor. A saber nuestros límites y debilidades. Pues conociéndolos, sabremos también cuáles son nuestras fortalezas, riquezas o potencialidades. 

Y lo tercero que podría hacer esta persona cansada es algo tan sencillo como beber agua. Que podría significar la necesidad de buscar el motivo "la fuente" que nos empuja a seguir adelante. Quizá, en el día a día, se nos pueda olvidar cuáles son nuestras motivaciones, vocación, principios por los que merece la pena tanto esfuerzo. Por eso es fundamental "volver a la fuente" y refrescarnos con el agua de la esperanza, la fe, ilusión, resiliencia, empatía, respeto, amor...etc. Pon nombre a qué o a quién te hace caminar. Y sentirás la fuerza que te da para seguir caminando.


NO LO CUENTO, LO HAGO

Un buen humorista suele decir "no lo cuento, lo hago" antes de realizar una representación mímica o gestual de aquello que relata en sus monólogos.

Esta muletilla puede recordarnos la importancia y valor educativo de nuestros hechos. Pues nuestra forma de reaccionar ante situaciones, hacer las cosas, tratar a las personas, son muy importantes ya que nos definen más incluso que nuestro discurso. Dicho de otra forma con la ayuda del refranero español: "hechos son amores y no buenas razones".  

Si algo nos han enseñado estos años de crisis económica y de valores, es a mirar con recelo las promesas, las buenas palabras, "el postureo" como se dice en el actual argot juvenil. 

Por ello, a veces, las palabras no son suficientes. Dejan de tener fuerza de convicción. Pierden su valor testimonial, llegando incluso a causar "escándalo", lejanía o decepción. Algo que sólo puede encauzarse con la autoridad moral del "testimonio", del hecho, el propio ejemplo y la implicación. Se necesitan hechos claros, valientes, generosos, comprensivos, empáticos, compasivos, solidarios. Menos bonitos discursos y más cambios reales. 

Pongamos nuestra esperanza y nuestra confianza más allá de quienes sólo tienen criterios, juicios, opiniones y comencemos a caminar y descubrir, respetar y valorar, aprender o transmitir aquello que cada persona estime que da sentido a su vida, a sus acciones, que hace latir su corazón....y que confirmará la veracidad de sus palabras. 

Este texto del Evangelio, lo expresa con el siguiente ejemplo: "Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estomago». y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de que sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola esta muerta. Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probare mi fe" (Lectura de la Carta de Santiago 2, 15-18).




LAUDATO SI´


Debemos apreciar la belleza que nos rodea
como primer paso para amar y cuidar el mundo.
Es la casa común de toda la humanidad.


ANTIDECEPCIONES

Las decepciones pueden ocasionar una herida, un dolor, pueden cerrar una puerta u obligar inesperadamente a un cambio de rumbo. Pueden hacernos más maduros o más vulnerables; pero lo cierto es que en la vida hay decepciones. Lo que no significa que nos debamos dejar arrastrar por ellas. Por lo que parece necesario reflexionar sobre nuestra forma de encajarlas.

Lamentablemente, no hay recetas antidecepciones. Pero sí hay personas que con su ánimo, positividad, perseverancia, con sus palabras o su capacidad de resiliencia, son un ejemplo de ir más allá de los problemas, analizando las causas y sobre todo buscando soluciones, sin estancarse en la inmovilidad ni la desesperanza.  

También hay valores, principios y creencias que son auténticas semillas de esperanza que mueven el mundo; que sin darnos apenas cuenta, van dando frutos de empatía, cercanía, confianza, entrega, ayuda...incluso cuando se está a punto de desistir, abatidos por nuestra falta de paciencia. Como hortelanos preocupados por la cosecha, que anhelan ver crecer alguna pequeña hoja de las semillas plantadas en el huerto de sus corazones, pues de ese fruto depende no sólo la plenitud de su vocación y entrega, sino hasta el alimento de quienes le esperan en casa. Porque si nunca es fácil encajar una decepción, más dura y difícil se vuelve cuando se tiene la sensación de haber decepcionado a quien amas, deseas proteger y dar paz y tranquilidad, aunque sea con pequeñas y pasajeras seguridades.

Por lo cual, no en vano, será bueno aprender y aceptar que el resultado de nuestra confianza, disponibilidad, estudio o esfuerzo en algo, aunque sea mucho, puede terminar de forma aparentemente decepcionante; lo que jamás deberá significar que no haya valido la pena. Pues la recompensa o el fruto no está solamente en el resultado que se obtiene, sino en la perseverancia, confianza, entrega, dedicación, amor y esperanza puestas cada día en ello hasta en los detalles más pequeños; como pareció creer Gandhi al decir que "nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa". 



PAN DE VIDA


"El Cristo, que nos nutre bajo las especies consagradas del pan y del vino, es el mismo que nos sale al encuentro en los eventos cotidianos; está en el pobre que extiende la mano, está en el sufriente que implora ayuda, está en el hermano que pide nuestra disponibilidad y espera nuestra acogida. Está en el niño que no sabe nada de Jesús, de la salvación, que no tiene fe. Está en todo ser humano, también en el más pequeño e indefenso.

La Eucaristía, fuente de amor para la vida de la Iglesia, es escuela de caridad y de solidaridad. Quien se nutre del Pan de Cristo no puede permanecer indiferente ante aquellos que no tiene el pan cotidiano".             
Papa Francisco, en el Ángelus del Corpus Christi 2015






GESTOS

Hay cosas que son imposibles de aprender si no se practican. Y una de estas cosas son los gestos. Aquellas acciones, palabras, detalles, demostraciones e incluso símbolos que expresan una voluntad, un deseo, quizá incluso puedan ser la respuesta a una búsqueda, esperanza o necesidad.

Un gesto, por pequeño que sea, puede marcar la diferencia. Igual que una persona, aún insignificante por número entre las millones de personas que pueblan la Tierra, puede cambiar el rumbo de la historia (para bien o para mal); puede ser el símbolo de una aspiración suprema que se mantiene viva o el ejemplo de que, por difícil o extraño que parezca, hay gente que quiere cambiar las cosas y se implica en ello.

Ejemplos de lo anterior son positivamente Jesús de Nazaret y un largo etcétera de seguidores, hombres y mujeres de Fe, como ejemplo San Francisco de Asís; también por científicos, artistas y pensadores. Negativamente, Stalin, Hitler y multitud de tiranos, corruptos y sanguinarios a lo largo de la historia. 

En definitiva, personas que con sus acciones o gestos fueron reconocidas. Pero no son menos significativas las personas cuyos nombres no figuran en los libros ni son recordadas en museos o por monumentos. Ni son menos valiosos los gestos que no suponen heroicas hazañas ni gestas memorables. Simplemente aquellos cuyos gestos les definen mejor que cualquier descripción. Y que son creadores, aún sin saberlo, de grandes historias.

El valor de un gesto o su repercusión, a veces, ni siquiera es apreciado por quien lo realiza; sólo por quien lo recibe. 

Por eso vale la pena, en primer lugar, aprender a valorar todos y cada uno de los gestos; y en segundo lugar, animarse a realizarlos. A quien conoces y a quien no. A quien sabe que le amas y a quien piensa que le vas a rechazar. A quien lo merece y para quien recibirlo podría suponer el primer paso para comenzar a merecerlo. Sobre todo imprescindibles si son gestos educativos, de justicia, de caridad, de perdón y de gratitud. 

De entre todas las frases que nos hablan del valor de los gestos, ésta nos enseña también algo importante, que algo que puede resultar sencillo o pequeño para unos puede ser sin embargo fundamental para la vida de otras personas: 

"El pequeño gesto de una persona puede cambiar la vida de muchas otras". 



PUENTES

Los puentes son construcciones humanas que nos ayudan a pasar de una orilla de un río a la otra, cuando parece imposible hacerlo de otra forma. Desde el prisma educativo, esta imagen nos lleva a reflexionar en los principios y valores que acercan posturas diferentes y alejadas. 

Pero antes de enunciar algunos de estos principios o valores, habría que preguntarse previamente si vemos o reconocemos la importancia de recorrer este estrecho camino que va hacia el otro lado. Sabiendo que en el margen opuesto, también se encontrarán la verdad y la riqueza que nos satisface en  el nuestro. Llegando a hacernos pensar que no merece la pena dar un paso hacia el otro lado....y que cuanto más lejos, mejor.


De ahí que podamos observar, sin pretender hacer juicios de valor, que hay personas que parecen tener una disponibilidad o inclinación natural, a tender puentes; y otras quizás, más bien, a levantar muros. 


Teniendo presente, la intención de no simplificar las cosas y de aprender a vivir en una realidad compleja en cuanto a las relaciones interpersonales, de la que se hablaba en la entrada del blog titulada "Paleta de colores";  debemos valorar aún más las motivaciones y actitudes que van preparando las herramientas, la madera, las cuerdas y clavos de un futuro puente.

Los valores del respeto, el diálogo, la empatía, la comprensión y el perdón, podrán ser los tablones y piedras, los clavos y cuerdas que nuestro puente necesita para vencer las distancias y obstáculos que creíamos imposibles de superar. Puede que necesitemos ayuda para encontrar buenos materiales. Y que algún martillazo en el dedo, propio o ajeno, nos empuje a abandonar su construcción. Pero cuando el dolor inesperado, dé paso a echar de menos algo de lo que habíamos aprendido a valorar del otro/a, seamos conscientes de que sin ese puente nuestra vida queda demasiado aislada o alguien que nos importa se quedó en el margen opuesto; habrá llegado el momento de retomar la tarea.  


Quizá haya puentes difíciles de diseñar y de construir; quizá sean frágiles y no duren mucho tiempo, quizá no sean tan robustos como los que conocimos o creíamos conocer. Lo importante será todo lo que digamos o hagamos, a partir de hoy, para iniciarlos, reconstruirlos o conservarlos; porque aunque no los crucemos, hacen que no olvidemos lo que hay y nos une a la otra orilla. 

PALETA DE COLORES

La imagen de una paleta, repleta de colores mezclados, puede ser un buen ejemplo gráfico para ayudarnos a visualizar y comprender la complejidad de nuestro mundo (incluida la complejidad de nuestra naturaleza humana y sus relaciones).

Con frecuencia, se tiende a simplificar o encasillar la realidad, algo incluso necesario para organizar el pensamiento y responder en consecuencia con los criterios y valores en los que nos vamos formando. Quizá, eso sí, debiéramos evitar dos peligros: el de una simplificación excesiva (todo es blanco o negro), que suele derivar en posturas intransigentes y ser motivada por la necesidad de seguridades "claras". Y el de una asimilación de la creencia de que todo es igual o relativismo (sin hacer distinciones), derivando en este caso, en una falta de criterio e identidad que sería provocada por la necesidad y/o voluntad de no tomar postura ante nada (por falta de información, valentía u otros intereses). 

De ahí, que lo que algunas personas ven de una forma o un color; para otras, sea sensiblemente diferente o incluso opuesto. 

La entrada anterior del blog, con la letra de la canción "La vida cambia", nos sirve ahora de ejemplo de esta misma polarización de la realidad, pero referida a uno/a mismo/a. Su mensaje subraya por un lado sentimientos de soledad, falta de perspectiva de futuro, infravaloración...etc; y por otro la confianza, seguridad, resistencia ante la adversidad y la apertura a una vida que aún está por escribir...etc. Quizá esta distinción tan radical no ayude demasiado a aceptar la mezcla de sentimientos que normalmente experimentamos. No obstante, esta canción sí que nos podría enseñar con claridad que hay situaciones concretas (positivas o negativas) que cambian la vida con esa misma radicalidad. 

Volviendo a los colores de nuestra paleta; subrayamos ahora el valor de la capacidad de relacionarnos por medio del diálogo, la convivencia y el respeto, que requiere la aceptación, valoración y enriquecimiento mutuo de la diferencia. Mucho más aún en un mundo tan globalizado. 

Estamos llamados a aprender a vivir, convivir y coexistir en una realidad compleja. Con nuestra propia complejidad personal, con la complejidad de relacionarnos con otras personas y con la naturaleza. Por lo que no vendría nada mal que siguiéramos buscando espacios para aprender que la realidad nos invita a compartir nuestros principios y valorar los del vecino, sencillamente porque somos parte de un mundo complejo.