¿Eres libre? Una pregunta que parece muy simple. Pero que no siempre es fácil de contestar. Para hacerlo es necesario ser muy honestos con nosotros mismos. Piensa en tus esclavitudes interiores...apegos, afectos, manías...
¿Cuál es el precio de tu libertad? Que nadie piense que ese rescate es algo económico...más bien se refiere a todo cuanto debe cambiar en cada uno de nosotros, a lo que deberemos renunciar o el trabajo/tiempo que nos llevará dar un pequeño paso más hacia nuestra libertad. No será fácil, pero seguro que merece la pena.
¿Qué haces por tu libertad y por la libertad de otros? No esperes pasivamente "libertadores", prepara tus "armas" (conocimiento, fe, fuerza interior, coraje, vitalidad....) y rompe tus cadenas. Recorrerás un amargo camino y en él quizá puedas tender la mano a quien necesite un empujón para dejar atrás lo que le ate.
Recuerda que hay dos tipos de personas que se pueden llamar "libres" aquellas que se creen que lo son porque nunca han sido capaces de ver sus cadenas o quienes no dejan de luchar por romper las suyas aunque no hayan terminado aún de hacerlo. A la larga es mejor ser de estos últimos.