BAILAR


El baile, como arte, es uno de los grandes tesoros del ser humano. Pero es mucho más que eso. Es expresión, comunicación y hasta una actitud de vida. 

Bailando se expresa. Ayuda a desconectar de los problemas y ha encontrarse uno/a mismo/a. Te hace sentir bien. Música y cuerpo se unen tanto que "desapareces". Experimentado una descarga de pasión y de felicidad que va más allá del momento. El sentimiento o la sensación más parecida a volar que puede experimentar el ser humano, tal y como lo explicaba Billy Eliot cuando le preguntaron qué sentimientos experimentaba cuando bailaba. 


Bailar es comunicarse. Es compartir espacios, objetivos, valores. Y no es fácil sincronizarse con alguien diferente a ti. Pero es posible. 

Quien baila sigue enamorado/a de vivir. Y quienes se aman, bailan con un lenguaje especial. Y si maravilloso es el resultado que podemos ver en quien baila, más importante aún es aquello que experimentan interiormente las personas que bailan y que no podemos ver. Porque "lo importante es invisible a los ojos" como se dice en El Principito. 


Y quizá lo más valioso y más desapercibido, bailar te hace más fuerte ante la vida. Algo que va más allá del propio baile, porque bailar es también una actitud de vida. Y quienes bailan son más conscientes de vivir el presente porque saben que vendrán días que uno no tenga cuerpo para bailes... 

Y que ante los tropiezos y las caídas de la vida, como en el baile, sólo hay un camino: levantarse, aprender y seguir bailando. 

Es posible que llegue el momento de no poder seguir bailando con los pies, pero quienes han bailado ya saben que se puede escuchar música y seguir bailando con el corazón. 




SINERGIAS


Tomamos aquí la palabra "sinergia" como término que indica la confluencia de diversos factores. Y del resultado inesperado que esa misma acción conjunta o solapada puede provocar. La RAE define la palabra "sinergia" como “acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales”.

Hay sinergias positivas y también negativas. Una buena pregunta sería ¿qué responsabilidad tengo en este resultado positivo o negativo inesperado? ¿contribuyen mis aportaciones a promover sinergias de positividad (empatía, corresponsabilidad, cooperación, solidaridad e integración) o de signo negativo (división, enfrentamiento, apatía, exclusión). 

¿Recuerdas aquel columpio en el que una pequeña mano detrás de otra era capaz de mover el peso de varios niños? ¿Te imaginas dónde llegaríamos si cada uno de nosotros pusiera todo su potencial y todas sus capacidades en pro de un mismo objetivo?. No te extrañe que el resultado de esta unión de voluntades sea espectacular. 

El resultado de las cosas en rara ocasión suele ser totalmente previsible. Más aún si actúan fuerzas o circunstancias ajenas a nuestra voluntad. Entonces, no nos queda otra que rendirnos ante la evidencia de que se ha producido un efecto inesperado, sorprendente, que nos sobrepasa. 

En el mundo empresarial conocen bien lo que las sinergias. Empresas que se fusionan...etc. Pero qué hay de otro tipo de sinergias interiores de nuestro ánimo, ideológicas o las espirituales. También aquellas que se refieren a la convivencia o al trabajo en equipo. 

Sea como fuere, sabrás que has vivido o participado en una experiencia sinergética, al comprobar que el punto donde te ha conducido o su resultado ha superado toda expectativa.