SUEÑOS CUMPLIDOS


Los sueños se cumplen aunque no sea de la forma exacta que esperábamos o que otros imaginaron sobre nosotros.

¿Te acuerdas a qué jugabas a menudo de pequeño/a? ¿Cuál es aquel sueño de infancia en el que te ocupabas solo/a o acompañado/a durante horas? ¿Tiene aquel juego alguna relación con lo que se podría definir como la esencia de tu propia vocación? 

"Hay muchas clases de sueños en la vida. En la infancia soñamos con una determinada profesión, en la que creemos poder desarrollar nuestras capacidades y ofrecer una contribución importante a la configuración del mundo" "Lo que sabemos hacer bien, o lo que hacemos de buena gana en la infancia, suele convertirse en el sueño de nuestra vida".

Llegados a este punto debemos tener cuidado con confundir este sueño originario con una profesión concreta como seguramente hacíamos de niños. La esencia es lo importante pues serán los valores o principios que den sentido a nuestra vida. La profesión solamente es una forma concreta de que aquellos puedan realizarse (aunque no la única). 

Esta distinción ayudará a comprobar si efectivamente se han cumplido nuestros sueños aunque aparentemente ni siquiera se hayan materializado en la profesión concreta que cabría imaginar. Lo importante es que la esencia de aquel sueño o vocación siga impulsando nuestra vida. Tal y como lo explica la obra "Los sueños de la vida" de Anselm Grün, de la que se extraen los párrafos señalados en color azul de este post.   


Grün nos invita a examinar nuestros sueños con una perspectiva amplia y profunda, invitándonos a reflexionar sobre aquel sueño originario. Y a ser fieles a él ante los diferentes cambios de rumbo de nuestras vidas. 

"Debo reconocer con gratitud que el hecho de perseguir aquel sueño me ha ayudado a trabajar sobre mí mismo y a seguir desarrollándome (...) mi tarea es la de distinguir entre la concreción del sueño y su esencia. La concreción del sueño puede cambiar, mientras que su esencia debe permanecer idéntica para que podamos ser fieles a nuestro ser. La esencia es como el hilo conductor que atraviesa y guía nuestra vida". 

"(...) la vida nos ha mostrado que era imposible avanzar por aquel camino. En realidad lo que se ha roto no ha sido nuestro verdadero sueño, sino únicamente la imagen que nos habíamos hecho de él. Deberíamos considerar con más atención el sueño originario (...) y de qué modo realizarlo de nuevo". 

Esta forma de entender la vocación ojalá pueda dar nueva luz a los ideales que estaban casi olvidados; un sentido positivo y motivador a nuestro día a día para deshacernos de monotonía, apatía o desencanto; e impulso a aquellas aspiraciones de futuro hacia las que siempre cuesta avanzar. 

Para finalizar esta entrada educativa cabe añadir un último matiz de lo que se desprende del último capítulo de este pequeño libro de reflexión. Cuya tesis podría resumirse en que nada es más sublime para el creyente que colaborar con los sueños que Dios tiene para sí y para el mundo, unos sueños que por tarde que se cumplan, aún en otra vida, siempre serán sueños cumplidos.