LUGARES ESPECIALES


Hay lugares, rincones o destinos especiales en nuestra vida. Pueden ser espacios conocidos o anónimos. Feos o de ensueño. Porque este carácter "especial" no lo reciben por sus características artísticas ni por el lugar geográfico donde se ubican, sino por la importancia de su significado. 

Quizá muchas personas hubieran preferido vivir los mejores acontecimientos de su vida en un escenario de película, en la torre más alta de Nueva York o el puente más famoso de Italia, rodeados de un ambiente musical. Puede que este deseo se haya cumplido. Pero que no haya sido así, no quita ni una pizca de su significado ni su sentido, al haberlo hecho en un lugar cotidiano o en un sencillo banco público de un parque cualquiera, de una ciudad cuyo nombre olvidarías, si no fuera precisamente en ese cruce de caminos donde se llenó tu vida de sentido. Donde Dios te condujo y hacia donde te invita nuevamente a mirar, para saber de dónde venías y hacia dónde te diriges.

Estos lugares, recuerdan nuestros hitos, los tiempos y las experiencias que van marcando cada paso en este impredecible viaje de nuestra vida. También estos lugares mágicos nos enseñan si algo está ya concluido o aún por desarrollar y terminar. Si hemos puesto toda la fuerza y todo el corazón en el camino que allí elegimos o nos seguimos reservando algo, quizá por miedo al destino, quizá porque algo nos sabe a insuficiente. 

Aprender la gran lección que nos pueden ofrecer estos lugares, es aprender sobretodo de quienes comenzaron allí a compartir con nosotros un tiempo de sus vidas y de su propio viaje. Sembrando desde aquel día un deseo compartido de seguir creciendo juntos en todo e inaugurando un sentimiento de gratitud y responsabilidad más allá de lo imaginable por haber recibido ese gran regalo. O infinitos regalos de amor, respeto, amistad, cariño, comprensión, empatía... También con la tristeza de saber que algún día el viaje acabará y no será nada fácil volver al lugar donde todo empezó. A ese lugar especial, que no por lejano en el tiempo, hay que olvidar.