ETAPAS


¿Qué he aprendido de esta etapa de mi vida? ¿quién ha estado a mi lado? Cuanto antes nos demos cuenta del valor de estas preguntas más nos podrán enriquecer nuestros propios
 aprendizajes vitales

Es difícil clasificar temporalmente cada una de las etapas de la vida. Unas pueden ser muy breves y otras, sin embargo, extenderse durante décadas. Todo depende de cuál ha sido el eje principal sobre el que hemos situado los acontecimientos que se hayan vivido. Si el eje fue la edad, la salud, la formación, el trabajo, las relaciones o la madurez. Y dentro de cada uno de estos grandes temas, en qué "subetapa" nos encontramos. 

De todo momento vital podría decirse que se aprende algo nuevo. Y positivo, pues aunque algo no hubiera sido "bueno", siempre nos podría ayudar a mejorar en el futuro. Y cada enseñanza va reconduciendo nuestras opciones y decisiones hacia aquello en lo que cada cual definimos como el núcleo nuestra realización personal o vocación. 

Tanto el final de un ciclo muy extenso como el comienzo de una etapa con elementos hasta el momento desconocidos, produce un lógico vértigo y estados de cierta ansiedad e inseguridad. ¿Qué ocurrirá ahora? ¿cómo voy a hacerlo? ¿estaré preparado/a? Ante estas preguntas no caben recetas. Quizá el mejor remedio para comenzar a transitar una nueva etapa sea confiar en uno/a mismo/a a la par que dar un primer paso identificando a la persona o personas con quien podamos sentirnos acompañados en esta nueva travesía de nuestra vida. 

Nuestros "guías o compañeros/as de viaje elegidos" por propia experiencia o conocimiento, sentido de profundidad o espiritualidad; o sencillamente por sus valores, podrán ser un verdadero apoyo ya que contribuirán a un mayor aprovechamiento de nuestras capacidades, objetividad y posibilidad de contraste al mirar lo mismo pero desde otra perspectiva. Resultarán impagables tanto por sus palabras de ánimo como por las ideas que puedan cuestionarnos. Pues el buen consejo, realizado desde la empatía y el respeto, nunca pretenderá ser impositivo sino verdaderamente maestro y motivador. 

Cada etapa podrá ser diferente pero habrás de esforzarte mucho en seguir siendo quien eres y no permitir que las circunstancias desdibujen tu esencia (como un árbol no puede ser otro). Ojalá sigas adelante siempre enriquecido/a por cada una de las etapas vividas que serán como las raíces que sostienen y alimentan el árbol de nuestra vida.