LO NUESTRO, IMPORTANTE

¿Que es lo más importante para cada uno/a de nosotros/as? Un quién, un qué, un depende de, un ojalá, aquello que pasó, una meta, un quizá...etc. Sea quien sea o lo que sea, debemos aprender a valorar lo que tenemos más que lo que no tenemos. Ello no quiere decir que no sean importantes y necesarios los sueños o propósitos de futuro. Sólo que, a veces, nos centramos tanto en lo que deseamos tener que no reparamos en valorar lo que ya es nuestro. Como suele decirse, que los árboles no nos impidan ver el bosque.

Ciertamente hay situaciones que generan un vacío, un dolor o una necesidad, tales como el aislamiento, la ausencia de amor compartido en pareja, falta de afecto familiar, una débil autoestima, una espiritualidad inmadura, una salud delicada, una pérdida irreparable, decepciones en cuanto al trabajo, los/as amigos/as...etc. Y éstas, sólo nos llevan a aspirar hacia lo que no tenemos perdiendo hasta lo que se nos había regalado, a beber de aguas oscuras que jamás saciarán nuestra sed y a soñar con una felicidad que no es más que una vana ilusión.

Pues el amor, la felicidad, la paz interior se conjugan en presente y en plural. Creemos, amamos, acompañamos, reímos, sentimos, soñamos, vivimos, experimentamos, educamos, ayudamos, escuchamos, abrazamos, trabajamos, cambiamos, perdonamos y pedimos perdón. 

Aquello verdaderamente importante, que forma parte de nuestro día a día, pero que precisamente por eso, no solemos valorarlo como se merece; se transforma en algo más grande y fundamental que aquellos vacíos. Lo que nos sostiene, da fuerza, confianza y nos empuja a no rendirnos...es ya un hermoso tesoro que debemos apreciar y acrecentar. Sin por ello tener que renunciar, a que algún día alcancemos lo que, hoy por hoy, nos parece imposible.