NUEVO AÑO


Como de costumbre, en los primeros días del año, mucha gente se propone cambiar algo de su vida. Suelen ser propósitos loables como ayudar o atender mejor a alguien, dialogar más o tratar mejor a quienes te rodean. También hay iniciativas ambiciosas relacionadas con la salud como dejar de fumar, hacer más deporte o seguir a pie juntillas la dieta. 

Al cabo de unas semanas o meses en el mejor de los casos, la mayoría de estos retos para el nuevo año se van desvaneciendo. ¿Por qué? ¿Es que ya no son importantes?....No, seguro que muchos de estos compromisos no sólo son importantes sino que son muy necesarios. Quizá es que con el entusiasmo del cotillón, se nos olvidó pensar que después viene la resaca. Es decir, que nos empeñamos en marcarnos metas sólo para nuestros momentos de ánimo y alegría...cuando nuestras vidas son un continuo ir y venir de vivencias buenas con otras que no lo son tanto. De fortalezas y debilidades.

Si tuviéramos también en cuenta nuestros defectos y manías...quizá nuestras propuestas de mejora serían algo más realistas. Por ejemplo, si nunca has practicado ningún deporte...es mejor que tu propuesta vaya encaminada a andar todos los días un tiempo en lugar de comprarte ya un chandal y unas deportivas. Porque hasta llegar a andar, antes estuvimos gateando...

De todas formas, bienvenidas sean las ganas por "cambiar" junto al cambio del año si aprendemos a conocernos un poco mejor...porque nos asomamos a nuestra ventana educativa interior también cuando reconocemos nuestros límites y no por eso dejamos de intentar superarlos.