A nadie sorprende que entre los canapés y platos de las comidas y cenas familiares de Navidad y fin de año, estén los iphones, tablets o nintendo dsi. Se podría decir que son un comensal más, al menos en lo que se refiere al tiempo que les dedicamos.
Antes no era de "buena educación" hablar con la boca llena. Ahora habría que añadir además hablar con la boca llena y menos aún por el móvil; porque al jaleo de estos encuentros, se añaden unas interferencias imposibles de descifrar.
Y si antes tampoco estaba bien visto eso de cantar...tampoco parece apropiado poner a cada instante las canciones, videos y mensajes del gato que nos envían por wassap. Sin olvidar que no todo lo que se ve por ahí es educativo para los más pequeños y pequeñas, que también están entre nosotros.
Igualmente, no se podía jugar ni con la comida ni durante la misma; pero en estos tiempos parece que no hay otra forma de esperar entre plato y plato que la de jugar una partidita rápida al candy crush, diamond o farm saga.
No siempre estas reuniones familiares son tan agradables como se esperaría pero eso no quita que debamos aislarnos al amparo del cacharro de turno. Al fin y al cabo, un día es un día, y podemos recuperar la antigua costumbre de hablar con quien tienes al lado o enfrente. Pues pocas cosas pueden compararse a la alegría de un chiste, anécdota o chascarrillo en vivo y en directo de tu abuela, cuñado, suegra o primo. El que oigas por medio de las nuevas tecnologías es posible que lo olvides con facilidad. El que escuches con cariño de un familiar, quizá lo recuerdes para siempre, al menos por el hecho de haber tenido la suerte de celebrar con él o ella ese momento de vuestras vidas.
Sabemos que las nuevas tecnologías son unas ventanitas que nos acercan y comunican con el mundo. Pero ¿no nos estarán también alejando e incomunicando con los que están a nuestro alrededor?.
