PRESENTE

Sin perder de vista de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos....
Conviene afirmar que no es sano ni anclarse en el pasado ni anticiparse al futuro. El verdadero reto es vivir el momento presente con la intensidad y riqueza que se merece, como quien sabe que tiene una única oportunidad de acariciar un aroma pasajero. 

Mirar hacia el pasado con esclava añoranza descorazona del todo el hoy y frustra el mañana. Porque entonces, nada volverá a ser tan bueno como un idílico y luminoso ayer, donde se han olvidado sus no pocas sombras. Y que pretende encajar el futuro en las estructuras de antaño, como quien quisiera ponerse los mismos vaqueros que llevaba hace veinte años....porque nos sentaban bien, nos gustaban, porque jamás fuimos capaces de dejarlos atrás. 

Sabiendo que tampoco nos será posible aprender, saborear y admirar el paisaje actual si caminamos de puntillas intentando con ansiedad atisbar el horizonte. Quizá con la esperanza incierta de tiempos mejores. Equivocados, muy equivocados, al creer que no debemos alimentar cada mañana nuestra capacidad de esfuerzo, perseverancia y resiliencia porque el futuro nos tiene reservado un mágico fruto que nunca ha sido sembrado, regado o cosechado con nuestro propio sudor durante largas jornadas y amargas noches.

No es fácil vivir el presente como lo que nos indica uno de los significados de esa palabra, como regalo, don o tesoro. Por eso convendría añadir que el presente también es "lección". Aquella que nos enseñaba que que el verbo en presente siempre es acción. Movimiento continuo y aquello que nos hace conscientes de ser y tener características similares a otras personas. Y una acción que no puede ser igual a otra del pasado y que es real, no como las que aún no se han producido. 

Sólo desde esta "lección" aprenderemos a encarnar y hacer visible todo lo que nos propongamos. Porque no es lo mismo decir "amó" o "amará" que "amo" y "amamos". Con la ventaja que da la certeza de saber que cada una de nuestras acciones presentes nos ayudará a comprender mejor el pasado y fijar nuestras metas de futuro.

El presente es un tesoro escondido que está justo delante de nuestros ojos.